EN MENORCA HAY ESTACIÓN
Hola aunque en Menorca no tengamos tren si que tenemos estaciones.
Existe desde el boom de turismo allá por los años 70 una dualidad o doble temporada en la isla.
Es una tierra que, igual que los osos, duerme en invierno y despierta con el calor de la primavera y el verano, para volver a dormir al invierno siguiente.
Nosotros vivimos esta dinámica de Invernaje desde siempre. Se escuchan voluntades políticas de desestacionalizar, pero realmente el ritmo de Menorca es el que es y tampoco sería posible aguantar todo el año con un volumen de actividad tan alta como en verano.
Los ecologistas y biólogos dicen que este vivir dos estaciones es una de las claves de que Menorca se conserve mejor que el resto de las isla Baleares. En otoño invierno puede recuperar todo el desgaste del verano, sus reservas de agua y puede depurar sus aguas contaminadas durante los meses de calor. Los barcos, las cremas solares, los hoteles y apartamentos a pleno rendimiento. Todo esto hace que los recursos mermen considerablemente.
Nosotros formamos parte de ese tejido industrial y económico de Menorca y vivimos del turismo y de las visitas a la isla, de las actividades que hoteles, particulares y entidades hacen para esos visitantes. Por ello no estamos haciendo una crítica del sistema económico de Menorca, que es el que es, sino que hemos tomado consciencia del presente que vivimos y aplicamos las medidas necesarias para que el impacto de nuestra empresa en el ecosistema sea lo menos agresivo posible.
Cuando definimos nuestra actividad nos gusta decir que realizamos montajes efímeros, algo que aparece y desaparece de forma casi mágica. Proporcionamos unos instantes de placer y diversión pero luego desaparecemos sin dejar huella o por lo menos la menor huella posible. Esa es la filosofía de nuestra empresa y nuestro hacer diario en le trabajo.
¿Por qué decimos esto?
Muy sencillo porque cada vez más, hay que tener en cuenta que valores hay detrás de una empresa y sobre todo que beneficios tiene a nivel local.
Un sistema ecológico, económico y social como el de Menorca que es tan diferente y específico tiene que ser tratado con mucho cariño porque cualquier despiste afecta mucho a su sostenibilidad.
Menorca está de moda y la gente viene a pasar sus vacaciones y a casarse y a vivir experiencias que no pueden vivir en las grandes ciudades. Buscan naturaleza, tranquilidad, paz. Pero vienen cargados de prisas, velocidad, manías y prejuicios. Eso hace que no todos los visitantes sean conscientes de la fragilidad de Menorca y es por esto que los que estamos aquí debemos transmitir esos valores a través de nuestra forma de ser y actuar. Debemos trabajar para ganar dinero pero también para mantener nuestro entorno. A veces eso supone más inversión o más tiempo para hacer una cosa, pero el resultado final vale la pena y que realmente nuestra presencia sea efímera en la isla es todo un orgullo para nosotros.
No queremos dejar huella en la Isla, queremos dejar huella en los corazones de los que tienen la posibilidad de disfrutar de nuestro trabajo. Por eso disfrutar de Menorca, porque vale la pena, pero cuidarla como la joya que es. No queráis dejar huella de vuestro paso pero iros llenos de sensaciones que perduren para siempre en vuestro recuerdo.